INTERFERENCIAS FONÉTICO-FONOLÓGICAS Y FACTORES SOCIALES: UN ESTUDIO DE LA VARIABLE ETARIA CON ALUMNOS BRASILEÑOS QUE APRENDEN ESPAÑOL

 

Profa. Dra. María Josefina Israel Semino

(FURG – dlamji@hotmail.com)

 

RESUMO

 

Neste trabalho abordamos um dos fatores sociais que podem pesar nas interferências fonético-fonológicas que ocorrem em alunos brasileiros que aprendem o espanhol numa Universidade. Trataremos da variável etária analisando as interferências que ocorrem nas seguintes instâncias: a) sonorização de ‘s’, b) apertura das vogais ‘e’ e ‘o’, c) nasalização de vogais, d) ‘v’ labiodental, e) aportuguesamento de ‘j’, e,  f) redução de ‘ll’ a ‘l’.

 

PALAVRAS-CHAVE: Contato lingüístico, Interferências fonético-fonológicas, ensino do espanhol

           

 Introducción: Los informantes y el corpus

 

            Recogimos testimonios de producción oral que nos permitiera, por lo menos, enfocar fenómenos fonético-fonológicos.

            Los informantes son alumnos brasileños que cursan la Licenciatura en Español en la Universidade Federal do Rio Grande (FURG) en el extremo sur del Brasil, respectivamente en el primer y último (cuarto) año de la misma, y un Grupo de Control (GC) formado por alumnos hispanohablantes monolingües uruguayos que cursan el primer año universitario de Ciencias de la Comunicación en la Universidad de la República, en Montevideo, Uruguay. Los informantes brasileños son 30 de primer año (grupo G1) y 30 de cuarto (grupo G4); el número del primer grupo se delimitó teniendo en cuenta que el total de los de cuarto era de 30 y nos pareció conveniente tener una muestra de igual número para primer año, como forma de facilitar comparaciones estadísticas relevantes. Además, en primer año se eligieron los alumnos al azar pero luego se retuvieron los 30 definitivos eliminando aquellos que hubieran tenido un contacto anterior significativo con el español (por haber nacido y/o estudiado en algún país hispanohablante o aun por tener alguno de sus progenitores en esa situación; notemos que, para nuestra suerte, de los 30 alumnos de cuarto año ninguno se encajaba en ese caso).

            La parte de identificación en el cuestionario, además de las preguntas que nos permitieron hacer el descarte antes explicado, incluye los ítems básicos que supusimos que nos permitirían realizar ulteriormente comparaciones estadísticas relevantes (sexo, edad, profesión, origen y nivel de instrucción de los padres, conocimiento previo de otras lenguas, parientes de habla hispana y causas del por qué de la elección de la Licenciatura de Español); vale la pena aclarar que no creímos conveniente basar nuestra diferenciación sociolingüística en el criterio de la renta familiar porque la literatura y la experiencia muestran que no es fácil obtener respuestas fidedignas sobre ese punto, además del hecho de que para nuestro tema juzgamos por hipótesis más relevantes los indicadores socio-educativos (como ser el conocimiento de otras lenguas y el grado de instrucción).

            Al proponer el cuestionario aclaramos a los tres grupos (G1, G4 y GC) de que no se trataba de ningún ejercicio de evaluación para calificarlos, sino de una investigación dedicada a detectar y analizar dificultades en el aprendizaje del español como lengua extranjera. Los tres grupos (G1, G4 y GC) fueron entrevistados durante el mismo mes y respondieron al cuestionario en el mismo período lectivo, a saber al principio del primer semestre de clases (que para GC ya estaba un poco más avanzado). Como se puede imaginar los alumnos de G1 recién han inaugurado su contacto sistemático con el español, por lo que es grande su dificultad (pero tal situación se adecua perfectamente al objetivo principal de nuestro estudio).

            La imperiosidad de recoger producción oral se nos impuso a causa de la necesidad de tener, aunque más no fuera, una base de datos mínima pero confiable para enfocar fenómenos del orden fonético-fonológico. Así, optamos por lo que se podría llamar el “mínimo oral indispensable” para poder recoger datos de la producción oral, mediante la lectura en voz alta de una lista de palabras donde aparece un sonido concreto en sus contextos más representativos -procedimiento éste que ha sido empleado en estudios que investigan la pronunciación de una segunda lengua- (Beebe y Flege, 1980, citados por Larsen-Freeman y Long, 1994:36), para detectar fenómenos de interferencia a nivel fonético-fonológico, y nos decidimos finalmente por elaborar una pequeña lista léxica (40 vocablos) que pedimos a cada alumno que leyera en entrevista personal grabada que mantuvimos con cada uno; los vocablos fueron elegidos en base a la probabilidad de que en su pronunciación afloraran, en diferentes contextos, interferencias portuguesas; el ritmo-tiempo de lectura de las palabras y frases propuestas fue dejado a criterio de cada informante, según el ritmo que éste resolviera adoptar, pero la media no superó los tres minutos por informante.

            Nuestra intención fue la de captar interferencias como las siguientes: a) nasalización (siguiendo la norma brasileña) de vocales seguidas o precedidas de consonantes nasales, b) apertura en grado de distinción fonológica, siguiendo el patrón brasileño, de las vocales medias /e/ y /o/, c) velarización (según variante popular brasileña) de la /l/ en final de palabra y / o en los grupos consonánticos /l+t/ y /l+s/, d) cierre de la /e/ en /i/, siguiendo la pronunciación brasileña, e) sonorización de la /s/ intervocálica (según la distinción fonológica portuguesa) y/o de la /q/ (según la norma portuguesa), f) “rebajamiento” de vocales (en especial de la /a/), g) palatalización de las terminaciones  o inicios de palabra con /de/, /te/, /di/ y /ti/, y / o de las /s/ finales o en situación pos-vocálica en grupo /s+t/ y /s+m/ (según la variante brasileña más difundida hoy por la media), h) pronunciación labiodental (según la norma brasileña) de la /v/, i)  ensordecimiento de la /λ/ y / o de la /č/, con pronunciación fricativo-palato-alveolar, y / o reducción de la /λ/ a /l/, j) producción sonora y / o ieísmo de la /y/, k) pronunciación de la /g/ fricativa sorda española como la letra “j” portuguesa pronunciada como la (/dz/ fricativa sonora), l) pronunciación “carioca” (como la /R/ uvular francesa) de la /r/ vibrante múltiple intervocálica y / o inicial, m) reducción del grupo /k+s/ a /s/ (según pronunciación brasileña de las palabras similares).

            Más adelante en este trabajo presentamos los resultados.

 

1. Los informantes

 

Partimos de la hipótesis que los informantes comienzan el curso en “igualdad de condiciones con relación al español” y todas las diferencias que se constatan en cuarto año se deben al contacto que con esa segunda lengua han mantenido durante el curso.

            Por otro lado, la edad promedio y los extremos etarios nos indican que tratamos con sujetos que hablan un portugués consolidado (que ya no presenta los rasgos titubeantes de la infancia y aun no incluye los rasgos arcaizantes de la tercera edad).

            Por último, el hecho de que la aplastante mayoría de los informantes y sus progenitores sean originarios del Estado de Rio Grande do Sul, nos permite imaginar que el portugués aprendido por los alumnos en sus casas pertenece a una única variación (que es la que tomaremos por parámetro, por conocerla en nuestra convivencia diaria en la ciudad de Rio Grande, para apreciar muchas de las interferencias).

 

2. Los resultados del cuestionario oral en la variable etaria

 

Abordaremos en lo que sigue el análisis de los resultados obtenidos a la luz de la variable etaria que mencionamos precedentemente[1]. Por eso, juzgamos interesante realizar el mencionado análisis, para el gradiente de las interferencias fonológicas detectadas en la grabación.

En G1 para los aspectos fonológicos sometidos a prueba, el gradiente descendiente de interferencias se presenta como sigue: sonorización de ‘s’ à apertura de las vocales ‘e’ y ‘o’ à nasalización de vocales à ‘v’ labiodental à aportuguesamiento de ‘j’ à reducción de ‘ll’ a ‘l’.

En G4 el gradiente para los aspectos fonológicos es el que sigue: apertura de vocales à sonorización de ‘s’ à nasalización de vocales à ‘v’ labiodental à pronunciación aportuguesada de ‘j’ à reducción de ‘ll’.

Justificamos la atención que presentaremos al gradiente de las interferencias fonológicas por dos motivos: a) parece punto pacífico que el dominio de los fonemas de una lengua es rasgo esencial del dominio de la misma, y que, una interferencia que opere a ese nivel tiene un peso fuerte en el conjunto de las interferencias, y b) los mencionados gradientes siendo casi idénticos para G1 y para G4 (solamente invierten su posición los dos primeros elementos que sufren más interferencias, la apertura de vocales y la sonorización de ‘s’) parece interesante investigar si las variables sociales introducen alguna diferencia en esa semejanza.

A continuación nos ocuparemos de analizar la distribución de los resultados del gradiente fonológico según la variable “edad” por ser la que presentó resultados más significativos para nuestro corpus.

 

3. Distribución de los resultados del gradiente fonológico según la variable “edad”

 

Los informantes de G1 en cuanto a esta variable muestran un perfil que resumo de la siguiente manera:

a) De los 30 informantes, 23 tienen hasta 23 años incluidos, a los que llamaré grupo A y 7 tienen más de 23 años, a los que llamaré grupo B.

b) Su media de edad es de 22,3 años y la mediana de 22 años.

c) 27 son mujeres (90%) y solamente 3 son hombres (10%).

En G4 el perfil de los informantes es el siguiente:

a) De los 30 informantes, 8 son del grupo A y 22 del grupo B.

b) La media de edad es de 27,8 años y la mediana es de 24,5 años.

c) 93% de los informantes (28) son mujeres y sólo 2 (7%) son hombres.

Decidimos dividir nuestros informantes entre dos grupos, a saber, el de los que tienen hasta 23 años (incluidos) y el de los que tienen más de 23 años por dos motivos:

a) desde el punto de vista estadístico porque la media de edad de G1 es de 22 años, y la mediana de G4 es de 24,5 años (para G4 la media no refleja fielmente la distribución etaria porque está corrida hacia arriba a causa de la edad de componentes del grupo que tienen más de 40 años; así optamos por una línea divisoria que se sitúa entre la media y la mediana anteriormente citada); b) desde el punto de vista lingüístico porque podemos imaginar que alrededor de los veinticinco años el lenguaje alcanza una relativa consolidación, no siendo tan sensible a los cambios constantes de modismos de la adolescencia, y por otra parte todavía no muestra rasgos acusados de fosilización.

            Más arriba dijimos que en G1 son 23 los informantes que tienen hasta 23 años y 7 los que superan esa edad y que en G4 hay 8 informantes que tienen hasta 23 años y 22 que superan esa edad. Esta distribución simétricamente opuesta es normal ya que los de G1 frecuentan el primer año de la Universidad, mientras que los de G4 son alumnos de cuarto año.

            A continuación pasamos al análisis de cada uno de los rasgos considerados.  Como ya lo habíamos advertido, para simplificar, llamaremos grupo etario “A” al que tiene hasta 23 años incluidos, y “B” al de los que superan esa edad.

 

 3.1. Sonorización de ‘s’

 

            En G1 los informantes del grupo A presentan un porcentaje global de sonorización de ‘s’ del 70% (64 casos en 92), siendo de 83% en la ‘s’ no intervocálica (38 en 46) y de 57% para la ‘s’ intervocálica (26 en 46).

            En el grupo B de G1 el porcentaje global es del 96% (27 casos en 28), siendo de 100% para la ‘s’ intervocálica (14 en 14) y del 93% para la ‘s’ no intervocálica (13 en 14).

            En G4 el porcentaje global para el grupo A es del 22%, siendo del 38% para la ‘s’ no intervocálica y del 6% para la ‘s’ intervocálica.

            En el grupo B de G4 el porcentaje global de interferencia asciende al 28% (25 casos en 88) siendo de 44% para la ‘s’ no intervocálica (18 en 44) y del 16% para la ‘s’ intervocálica (7 en 44).

 

        

 

Se observa que tanto en G1 como en G4 el porcentaje de interferencia global y el relativo a las dos posiciones distintas de ‘s’ (ese), es significativamente inferior para los informantes del grupo A con relación a los del B. Por otro lado se constata la significativa disminución de las interferencias de los tres porcentajes en G4 con relación a G1.

De la primera observación se infiere que la variable “edad” parece ser relevante para el nivel de interferencia cambiante constatado en este rasgo; ello porque los más jóvenes presentan niveles de interferencia sensiblemente menores que los más viejos. Este hecho podría ser vinculado a una idea que la lingüística ha defendido desde larga data, a saber, que la plasticidad para adquirir una segunda lengua con dominio similar al de los hablantes nativos de la misma, se va perdiendo con el transcurso de la edad. Como veremos la misma idea se verá avalada por los resultados que arroja el análisis de los otros rasgos del gradiente fonológico.

 

 

Por último, vale la pena llamar la atención sobre el hecho de que en ambos grupos y en ambas edades, con excepción del grupo B de G1, el porcentaje de interferencias en la realización de la ‘s’ no intervocálica supera claramente a aquel que se verifica en la de la ‘s’ intervocálica. Este hecho puede explicarse por la mayor insistencia con que, usando sobre todo ejemplos en que la ‘s’ aparece en posición intervocálica, se le explica a los brasileños que aprenden español en su país, que a diferencia de su lengua materna, el castellano actual no posee el fonema de la ‘s’ sonora /z/.

 

 

3.2. Apertura de vocales

 

            El grupo A de G1 presenta un porcentaje global de interferencia en la apertura de las vocales ‘e’ y ‘o’ según la fonología portuguesa del 80% (92 casos en 115), siendo de 83% para la ‘e’ (57 en 69) y del 76% para la ‘o’ (35 en 46).

            En el grupo B de G1 esos porcentajes son respectivamente del 89% (31 casos en 35), 86% (18 en 21) y 93% (13 en 14).

            En G4 para el grupo A el porcentaje global es del 38% (15 casos en 40) siendo del 46% para la ‘e’ (11 en 24) y del 25% para la ‘o’ (4 en 16).

            Para el grupo B de G4 el porcentaje global es del 30% (33 en 110), siendo del 38% para la ‘e’ (25 en 66) y del 18% para la ‘o’ (8 en 44).

           

 

 

 

Como se nota otra vez se verifica el hecho destacado en el rasgo anterior avalando una vez más la hipótesis de la plasticidad fonológica mayor de los más jóvenes a la hora de aprender una segunda lengua, con menos interferencias de su lengua materna en comparación con los más adultos. Así otra vez la variable “edad” se muestra como siendo pertinente en este caso.

 

3.3. Nasalización de vocales

 

            En el grupo A de G1 el porcentaje total de interferencias (realización nasal de las cinco vocales según el patrón portugués) se eleva al 70% (113 casos en 161).

En el grupo B de G1 ese porcentaje asciende al 78% (38 en 49).

En el grupo A de G4 el porcentaje global es del 13% (7 en 56), mientras que en el grupo B de G4 alcanza el 39% (21 en 154).

 

 

Nuevamente se ve confirmada por estos datos la hipótesis de la mayor plasticidad de los jóvenes en la adquisición de una segunda lengua, y atestada la pertinencia de la variable etaria para este rasgo.

 

 

 

3.4. ‘v’ labiodental

 

            En el grupo A de G1 la pronunciación labiodental de ‘v’ según el patrón portugués alcanza un porcentaje global del 61% (28 casos en 46), mientras que en el grupo B de G1 ese porcentaje se eleva al 93% (13 en 14).

            Para el grupo A de G4 el porcentaje de interferencia es del 6% (1 en 16), mientras que para el grupo B de G4 asciende al 18% (8 en 44).

 

 

            Esos datos avalan una vez más la hipótesis de la mayor plasticidad juvenil y la pertinencia de la variable etaria para este rasgo.

 

3.5. Aportuguesamiento de ‘j’

           

En el grupo A de G1 el porcentaje de interferencia asciende en este rasgo al 41% (28 casos en 69), mientras que en el grupo B es del 67% (14 en 21).

            En el grupo A de G4 no se constata ningún caso de interferencia (en 24 realizaciones), mientras que en el grupo B de G4 el porcentaje de interferencia es del 18% (12 casos en 66).

 

 

            Aquí encontramos una confirmación espectacular de la hipótesis de la plasticidad juvenil, por cuanto el grupo A de G4 no presenta ninguna interferencia. Por otro lado, los datos avalan una vez más la pertinencia de la variable etaria para la performance fonológica.

 

 3.6. Reducción de ‘ll’ a ‘l’

           

En el grupo A de G1 el porcentaje de interferencias es de tan sólo el 4% (2 casos en 46), mientras que en el grupo B no se documenta ningún caso de interferencia.

            En el grupo A de G4 la interferencia asciende a un porcentaje del 6% (1 caso en 16), mientras que en el grupo B disminuye hasta el 2% (1 en 44).

 

            Estos datos contrariarían en principio la hipótesis de la plasticidad juvenil y la de la relevancia de la variable etaria para este caso. No obstante, este no es un rasgo propio de una diferencia fonológica entre el portugués y el español (porque aquí lo que ocurre es que al mismo fonema existente en ambas lenguas “ll”, se asocian distintas grafías); y así por una especie de demostración por el absurdo se vería avalada una vez más la hipótesis de la pertinencia de la variable etaria cuando de interferencias estrictamente fonológicas se trata.

 

Breves consideraciones generales sobre la pertinencia de la variable etaria en la distribución de los resultados en el gradiente fonológico

 

            A modo de resumen y reiterando lo que se ha documentado en cada uno de los rasgos (con excepción del último, a causa de la particularidad ya anotada para éste), podemos concluir que la variable etaria tiene relevancia significativa en la diferencia de niveles de interferencia en el sistema fonológico de la segunda lengua. Los datos muestran que los informantes más jóvenes (dotados aún hasta los 23 años de cierto grado de plasticidad fonológica considerable) tienen menos interferencias en el manejo del sistema fonológico castellano que los menos jóvenes, tanto para las vocales como para las consonantes. Ahora bien, esa relevancia opera en nuestro caso dentro de un mismo nivel y experiencia de aprendizaje formal del español; o sea que dentro de G1 y G4 considerados por separado, los más jóvenes padecen menos interferencias que los menos jóvenes.

Sin embargo y por otro lado, se hace evidente que aquellos que han tenido mayor contacto lingüístico con el castellano en situación de aprendizaje formal, aun cuando pertenecen al grupo de los menos jóvenes, sufren menos interferencias que los más jóvenes del grupo que recién está en su primer año de estudios. Veamos los datos.

 

Interferencias

    Grupo A de G1

Grupo B de G4

Sonorización de 's'

70%

28%

 

Apertura de vocales

80%

30%

 

Nasalización de vocales

70%

39%

 

Pronunciación labiodental de 'v'

61%

18%

 

Aportuguesamiento de 'j'

41%

18%

 

 

Para la sonorización de ‘s’ mientras que los jóvenes de G1 (grupo A) evidencian un porcentaje de interferencias del 70%, los menos jóvenes de G4 (grupo B) presentan solamente un porcentaje del 28%. En la apertura de vocales el porcentaje de interferencia del grupo A de G1 es del 80%, mientras que el del grupo B de G4 es del 30%. Para la nasalización de vocales el porcentaje del grupo A de G1 es del 70%, mientras que el del grupo B de G4 es del 39%. Para la pronunciación labiodental de ‘v’ el porcentaje de interferencias en el grupo A de G1 es del 61%, y baja al 18% en el grupo B de G4. Finalmente, en lo que respecta al aportuguesamiento de ‘j’ mientras que el porcentaje de interferencia se eleva en el grupo A de G1 al 41%, el mismo se reduce en el grupo B de G4 al 18%.  Estos resultados no dejan de ser un alivio para los esforzados docentes de español como lengua extranjera que reciben a veces en calidad de alumnos a personas que han dejado atrás su primera juventud.

 

 

 

 

 

 

Referencias bibliográficas

 

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[1] El perfil de las interferencias constatadas y la diversidad de las mismas hace imposible abarcarlo todo en el contexto del presente trabajo.